Encuentro en Venezuela
Teatro Teresa Carreño Caracas, 17 de septiembre de 2004
Distinguidos señores y señoras:
Le ofrezco a Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, mi Maestro Espiritual, mi más profundo agradecimiento por la oportunidad de estar hoy aquí compartiendo con ustedes mis experiencias, mi conocimiento sobre Su vida, sobre Su mensaje.
Les doy a todos ustedes la más calurosa bienvenida a este Encuentro. Quiero, como dije recién, intentar compartir con ustedes las explicaciones que Bhagavan Sri Sathya Sai Baba da sobre la vida, sobre la realidad, sobre el sentido de nuestra experiencia, en especial, cómo podemos alcanzar el propósito de esta vida.
Sai Baba, al igual que todos los grandes Maestros Espirituales que han pisado la tierra, nos da un mensaje muy simple: todo es Dios. La palabra Universotambién lo revela. Universo significa "unidad en la diversidad". Dice que para todos los hombres Dios es el Padre y todos nosotros somos hermanos y hermanas. Y en este sentido, yo vuelvo a darles la bienvenida a todos ustedes, como mis queridos hermanos y hermanas. Esta reunión se transforma entonces en una reunión familiar (aplausos).
Permítanme darles una posible explicación de porqué están ustedes hoy aquí. Quizá alguno pueda decir que vino por haber leído un anuncio en un periódico o por haber escuchado algo en la radio o en la televisión; otro podrá decir que ha venido aquí invitado por algún amigo o algún conocido. Pero el verdadero motivo de vuestra presencia en este teatro aquí es muy diferente. A todos los hombres tarde o temprano, a todos los seres humanos les llega un momento en su proceso evolutivo en el cual las respuestas que da el mundo, seguir viviendo, el tratar de satisfacer los sentidos, de acumular más goces sensuales nos parecen vanas y vacías. En algún momento comienza en una vida una profunda desazón. En ese momento el ser humano entra en una etapa fundamental de su desarrollo espiritual. Es también lo que podemos llamar la categoría de un buscador espiritual; ya no busca afuera calmar sus ansias, ya no busca afuera seguir encontrando las respuestas y las satisfacciones de su vida, sino que siente que la verdad, que lo que va a calmar su sed profunda está en otro lado.
Pasan vidas y vidas hasta que esa persona, ese ser, da otro salto cualitativo y se da cuenta que la respuesta está adentro de uno y clama por ayuda, golpea la puerta y cuando golpea la puerta, la puerta siempre se abre para recibirlo y aparece en la vida de esa persona una guía, un libro, un maestro, una enseñanza y esa persona trata en ese momento de emular esa enseñanza. Aspira alcanzar el ideal que ese maestro le pone a su alcance. En ese momento ese buscador espiritual se transforma en un aspirante espiritual. Pasa el tiempo, quizás algunas vidas y este ser tiene que dar otro salto cualitativo. No basta ya con leer todos los libros que el maestro escribe, con saber de memoria todas las escrituras, sino que se da cuenta que tiene que realmente poner en práctica en su vida, ese mensaje. En ese momento y solamente en ese momento, ese ser se puede llamar un devoto de Dios. Porque ser devoto de Dios no es la persona que tiene devoción por Dios, que tiene un sentimiento emocional de amor por Dios. Todos los grandes maestros que han habitado en la tierra, y Bhagavan Sri Sathya Sai Baba en especial, dice que el verdadero devoto de Dios es aquella persona que vive de tal manera, que merece el amor de Dios.
Todos nosotros estamos hoy en este salón porque estamos en algún momento de este proceso evolutivo. Algunos más avanzados que otros, pero todos firmemente establecidos en ese camino de evolución espiritual. Todos ustedes vinieron hoy aquí en realidad, como una respuesta del alma. El alma de cada uno de ustedes los trajo porque quiere encontrar más respuestas sobre el sentido de la vida; sobre cómo alcanzar el propósito más alto de la vida. Nosotros tenemos que darnos cuenta de una realidad. Los grandes maestros que han habitado en la tierra han sido poderosos imanes que tenían una fuerza muy especial, mucho más importante que el magnetismo terrestre. Estos seres atraían con el poder del amor. Un poder que atraía nuestras almas hacia ellos, prestarle atención a su mensaje.
En enero de 1982 viajé a la India. Viajé como parte de una búsqueda. Ya había comenzado lo que puedo describir como mi camino espiritual. Había leído muchos libros. Una parte mía los leía con mucho interés y en otra parte de mi mente había un enorme escepticismo. Me parecía ciencia ficción. Parecían lecturas hermosas, y pensaba que ojalá todo fuera así, pero en realidad la vida para mí era otra cosa, hasta que de alguna manera escuché el nombre de Sai Baba y tuve la oportunidad de ir a India y me dije, voy a investigar. Fui con el pelo muy largo, vaqueros, jeans puestos pero quería ver de qué se trataba. En 1982 estaba en un Ashram en el sur de la India, específicamente en la ciudad de Madrás, hoy Chenai y Sai Baba estaba por llegar a ese Ashram
Estaba en medio de una multitud de 50.000 personas, tranquilo, sentado, cuando de pronto mi corazón comenzó a latir muy rápidamente y me dije, qué me pasa, tengo taquicardia, y en ese momento estaba llegando Sai Baba. Mi corazón lo reconoció mucho antes que mi mente. Por eso, es tan sabia la frase que nos dice que sigamos al corazón, que siempre nos va a llevar por el camino correcto. Nuestro corazón viaja a la velocidad de la luz, tiene un conocimiento intuicional inmediato; nuestra mente viaja en carreta.
Hoy en día vemos un mundo que parece estar en un momento de conflicto completo. Más allá de la situación política, del terrorismo, de los conflictos sociales, de la desunión que vemos en todos lados, también vemos una humanidad en donde gran parte de seres humanos están tratando de satisfacer sus placeres materiales y sensuales a través de una indulgencia en las drogas que agravan los sentidos pero que hunden al espíritu. Pero también somos testigos de un movimiento que avanza firmemente hacia la luz. Una porción de ese movimiento humano está hoy en este momento, en este salón. Todos ustedes son parte de una humanidad que avanza en una dirección correcta, que busca desarrollar la luz, no solamente en ustedes, sino en el planeta tierra.
Las enseñanzas de Sai Baba son un maravilloso tratado de espiritualidad práctica. Voy a tratar, voy a intentar compartir con ustedes un poco de las experiencias que tuve con Sai Baba, de mis experiencias personales, de cómo me convenció a pesar de mi tremendo escepticismo; voy a tratar de compartir con ustedes algunas de sus enseñanzas fundamentales y de la obra que Él realiza. Pero en síntesis les puedo decir que Sai Baba define la espiritualidad, no como la suma de rituales y de dogmas.
Él dice que la verdadera espiritualidad es una forma de vida; la verdadera espiritualidad es liberarnos, deshacernos de las malas cualidades y adoptar en su lugar, los valores humanos. Adoptarlos como nuestra forma de vida y aplicarlos en forma coherente en todos los ámbitos y momentos de nuestra vida; aplicarlos al despertarnos en nuestra casa, al relacionarnos con nuestra familia, al viajar al trabajo en un bus, al llegar al trabajo y relacionarnos con nuestros compañeros de trabajo, en todos los ámbitos, esa es la coherencia que nos vuelve humanos.
Sai Baba dice que un ser humano, es aquella persona que podemos definir como ser humano y no la que tenga forma humana. Es la persona que haya alcanzado coherencia entre su palabra, su pensamiento y su acción. También podemos definir que un ladrón tiene coherencia porque piensa en robar, dice que va a robar y roba; aplica esa coherencia en los tres ámbitos de su vida. Pero en realidad, Sai Baba se refiere a la coherencia en la aplicación de los valores humanos, en palabra, pensamiento y acción. Cuando alcanzamos esa coherencia es cuando somos verdaderos humanos.
La raíz que ahora enfrenta toda la humanidad, que sucede aquí en Venezuela y en todos lados, es el egoísmo. La causa de este egoísmo, para Él, es la ignorancia básica, la gran enfermedad que afecta a todos los seres humanos en la tierra. La ignorancia básica de saber quiénes somos en realidad; nosotros creemos que somos seres humanos, que somos un cuerpo, este cuerpo, esta mente. Pero en realidad el cuerpo es algo que yo tengo, la mente es algo que yo tengo, de la misma manera que tengo un traje puesto en este momento. Sai Baba dice que somos tres personas: 1) la que los demás creen que somos y que es nuestro cuerpo físico; 2) la que nosotros creemos que somos y que es nuestra mente; y 3) quienes realmente somos, que es nuestro espíritu.
Por eso, si quieren hacer una prueba, ustedes pueden cerrar los ojos y si les interesa pueden acompañarme. Levanten el dedo índice de la mano derecha y cierren los ojos y en forma espontánea, inmediata, cuando yo les diga ya, ustedes digan yo y señálense. Todos ustedes hicieron espontáneamente esto, yo, yo.
Si ven a un chico en una isla desierta... Vamos a imaginar que mañana en la Polinesia se descubre una isla desierta y aparece un chico que ya tiene siete años, no aprendió casi ningún lenguaje, pero puede identificarse y ustedes le piden que repita "yo"; ese chico también repetirá "yo, yo". Porque nuestra sensación de identidad verdadera está aquí en el centro del pecho.
Todas las escrituras se refieren a la presencia de nuestro verdadero ser, a unos centímetros de nuestro corazón; éste es nuestro yo. Cuando vayan a casa esta noche cierren los ojos y piensen en ustedes y díganse "quién soy yo" y van a sentir algo muy profundo en el pecho. Si ustedes ven a alguna persona que diga "yo, yo" algo raro pasa. Este "yo" es lo que ustedes quieren encontrar, encontrar la respuesta de "quién soy yo"; sentir muy intelectualmente que yo les diga que ustedes son la esencia de la conciencia que reside en el corazón espiritual de todos ustedes. Yo les puedo repetir lo que dice la Biblia. "El reino de los cielos está dentro de ustedes, en el centro del corazón".
Intelectualmente se pueden repetir muchas cosas, pero realizar, comprender, aprehender, sentir la realidad de la propia existencia, ese es el objetivo por el cual todos ustedes, todos tenemos forma humana. Este es el objetivo por el cual estamos hoy en este salón, es el objetivo por el cual todos ustedes tienen ese cuerpo, ya sea de hombre o de mujer. Esto es lo que algún día van a anhelar, realizar con profunda intensidad.
Sai Baba dice que la realización espiritual es muy simple de alcanzar, está simplemente a un estado mental de distancia. Dice que el día que anhelemos realizar a Dios con la misma intensidad que una persona que se está asfixiando, anhela el aire, ese día lo vamos a realizar, en ese segundo.
De esto quiero hablarles. Una persona cree que es un ser humano y de repente está corriendo desesperadamente tras los objetos de los sentidos. Esa persona tiene una forma humana, pero no es todavía humano. Hay diferentes clases de seres humanos. Este ser humano que tiene forma humana pero comportamiento absolutamente animal, es lo que podríamos decir simplemente "un animal". ¿Cuántos de ustedes podrían haber visto a una persona haciendo una barbaridad y lo llamaron "animal", no es cierto? Esa persona todavía es un animal. No se equivocaron, es un animal. Hace poco dejó la forma animal, encarnó como humano, tiene la forma humana pero su comportamiento es todavía el de un animal. No tiene ninguna restricción en la satisfacción de sus sentidos, no tiene ninguna inhibición moral, simplemente quiere algo y lo va a conseguir como sea. Una persona -que a lo mejor espero que acá no ocurra- pero en algunos países como Argentina se va a una cancha de futbol y tiene ganas de orinar, entonces se orina en un vaso y luego tira el orín para bendecir a algunas personas abajo. ¡Este es un animal! Algunas otras personas no son animales pero son demonios, demonios con forma humana. ¿Por qué? Porque tienen más conciencia, más conocimiento, son más sofisticados pero usan este conocimiento y esta sofisticación intelectual para el mal.
Las personas que ya han logrado ser intelectuales o científicos, pero con su ciencia preparan una bomba y la ponen en una escuela para matar a unos cuantos chicos, estos son demonios con forma humana. Hay una tercera clase de seres humanos. Son seres humanos que anhelan en sus vidas esta coherencia, quieren desarrollar un buen carácter, no quieren simplemente conocer cosas científicas, intelectuales, quieren ser buenas personas, desarrollar su espiritualidad, encontrar el sentido de su vida, saben que no saben pero quieren saber. El animal no sabe que no sabe ni quiere saber. El demonio sabe que no sabe y no le interesa lo más mínimo y solamente quiere hacer el mal. La persona humana sabe que no sabe y se esfuerza por saber, por mejorar, es un ser humano. La mayoría de nosotros estamos en ese estadio.
Hay otra clase de seres que tienen forma humana, pero su comportamiento es Divino. Un ser Divino como la Madre Teresa de Calcuta. Seres que no viven para sí, que viven para los demás, que no les importa su cuenta bancaria, que no les importa el reconocimiento de los demás, que viven para dar. Esos seres son Divinidades caminando en la tierra. Y hay una quinta clase de seres, seres que encarnaron a propósito, seres que son fuentes de luz que llenan la tierra, que revelan un mensaje adecuado para la humanidad de ese momento, para la cultura de ese momento, para la conciencia de ese momento, para que esa humanidad progrese. Son seres humanos cuya acción en la tierra genera un efecto como una onda que se expande en el agua y que alcanza a lo lejos en el espacio y en el tiempo. Seres como Jesús, que hace 2000 años vino a la tierra sin ningún ejército, sin ningún poder material y 2000 años después millones de personas tratan de poner en práctica, en mayor o menor nivel el mensaje que Él trajo.
Seres como Krishna, como Rama, como Mahoma, como todos los grandes Budas, todos los grandes maestros y como Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. Seres que tocan el corazón de los seres humanos y promueven en ellos lo mejor. Promueven en ellos el esfuerzo de cambiar para el bien. Sai Baba es un ser de este nivel. Es un ser que dice que la verdadera espiritualidad es ser buenas personas, que nos dice que seamos mejores cristianos, mejores judíos, mejores musulmanes, mejores budistas. No viene a fundar una nueva religión. Viene a darnos la inspiración y el coraje para poner en práctica nuestras vidas verdaderamente, los preceptos del maestro de la religión que decimos profesar. Viene a decirnos que somos católicos, si somos cristianos, entonces que vivamos el mensaje de Jesús, pero que tengamos el valor de vivirlo realmente, sin hipocresía, que no ande por allí un devoto de Jesús el domingo en la iglesia y que esa misma persona haga daño a otros el resto de la semana.
Estos seres llegaron a la tierra y generaron un cambio de la conciencia en los seres humanos. Él dice que la espiritualidad es muy simple. Por ejemplo, todas las escrituras se podrían resumir para Sai Baba en una frase: "Ama a todos, sirve a todos".
Dice que la mejor manera de adorar a Dios, es servir al prójimo en necesidad donde Dios está manifestado. Otra frase en donde Él sintetiza todas las escrituras: "Ayuda siempre, no dañes jamás".
Nos dice que no tenemos que aprender ninguna otra página de la Biblia, ni del Corán ni del Bhagavad Gita, simplemente vivan ayudando siempre y no dañando jamás. Por ejemplo, Él dice que "las manos que ayudan son más sagradas que los labios que oran". Esta es la espiritualidad práctica de Sai Baba.
Hay una diferencia entre realizar prácticas espirituales que son muy buenas, que nos ayudan para tener más motivación, para tener más claridad y más deseo de progresar, que Él recomienda, como todos los grandes maestros, por ejemplo, meditar para poder sentir la presencia de la conciencia de Dios en nuestro corazón; servir al prójimo, que es la verdadera manera de limar nuestro ego, de realmente romper las corazas que nosotros tenemos en nuestra vida; en el mundo a trabajar por el despertar de los niños, ese es el verdadero servicio a la humanidad; repetir el nombre de Dios, cantando o repitiendo un mantra o repitiendo simplemente el nombre de Jesús, Jesús, o Sai, Sai, que es la manera de limpiar la mente y el corazón, así como lavamos el cuerpo físico con agua y jabón, así cada vez que repetimos el nombre de Dios se limpia nuestra mente y nuestro corazón. Los videntes ven esto claramente y si alguno tiene clarividencia puede hacer la prueba reuniendo a un grupo de personas y dejar que canten una canción espiritual o que repitan el nombre de Dios y luego de 10 minutos ver el aura de todas esas personas.
Lo que Sai Baba dice es que hay una diferencia entre estas prácticas espirituales y vivir la espiritualidad; aplicar la espiritualidad en todos los ámbitos de la vida de una persona. Eso es lo que tenemos que alcanzar. Por eso, Él dice que no abandonemos la religión que profesamos pero que la pongamos en práctica. Si no son religiosos, por lo menos vivan los valores humanos.
¿Qué son los valores humanos? Sai Baba habla de cinco valores, que son: Verdad, Rectitud, Paz, Amor y No-violencia. En realidad hay muchos otros subvalores en cada uno de estos, pero estos cinco son la expresión de lo más puro de nosotros. Dios, que reside en nuestro corazón se le puede llamar Dios, se le puede llamar la conciencia universal, la conciencia omnisciente, la existencia permanente, ustedes denle el nombre o la misión que quieran. Esa realidad se expresa a través de esos valores humanos. La persona que practica estos valores tiene menos corazas y esta expresión de su divinidad se manifiesta en su relación con el mundo.
Sai Baba dice que "Él vino a la tierra a encender la lámpara del amor en el corazón de los seres humanos". Él define así toda su misión. Vino a encender la lámpara del amor en los corazones humanos. Para que esta lámpara del amor derrita las corazas de separatividad y todos puedan sentir que son hermanos y hermanas. Nosotros podemos decirlo de palabra, pero solamente cuando sintamos el dolor del prójimo como propio, ese día va a ser verdad.
¿Cuál es el verdadero servicio que uno puede hacer? Sai Baba dice que hay una diferencia entre el servicio que es una caridad al prójimo, que una persona que siente que tiene mucho, va y le da a un pobre algo. A veces lo da con un poco de amor, a veces lo puede dar con condescendencia y a veces lo puede dar mirando las cámaras de televisión para que lo filmen mientras él da esto para sentir qué bueno que es y que el mundo se entere. Hay muchas maneras de dar.
Ustedes habrán conocido personas que están en alguna de estas categorías. Es bueno que den, a pesar de que lo hagan para las cámaras de televisión, pero el verdadero dar, lo que Sai Baba llama "servicio", es muy diferente. Y es cuando sucede lo siguiente: Cuando la persona que da, siente que lo que tiene, lo tiene porque se lo dio Dios. No lo ganó esa persona con su inteligencia, con su astucia, con su buena suerte. Esa persona reconoce que todos estos dones que a lo mejor tiene, en realidad se los dio Dios. Que el karma de esta vida, que le permitió tener, se lo dio Dios y dice "gracias Dios por darme esto y esto que Tú me diste, lo voy a compartir con otras formas tuyas que están allí en la apariencia de un hombre enfermo, de un hombre que sufre, de un hombre que tiene frío" y entonces comparte con esta actitud, comparte reconociendo que el que recibe es otra forma de Dios con un disfraz diferente.
"Dar"-decía la Madre Teresa- "hay que dar hasta que duela". Por ejemplo, una persona tiene 10 trajes, da uno y no le cuesta nada. Vamos a ver qué le pasa después de dar el sexto o el séptimo o el octavo. No hay que dar para quedarse desnudos. Sai Baba dice que hay que ayudar al prójimo en la medida de las posibilidades de uno, pero en realidad, en la medida de las posibilidades de uno; hay que dar con reverencia, con humildad, con una actitud de reconocimiento de que el otro es un ser como nosotros; que en el corazón del otro brilla la misma chispa de luz que en nuestro corazón. Ese es el verdadero servicio espiritual; esa es la verdadera manera de dar; ese es un servicio espiritual que ayuda al que recibe porque siente que Dios le está dando y ayuda al que da, porque elimina su ego y abre su corazón.
Nosotros estamos afectados de una amnesia muy, muy especial. Nosotros nos creemos seres humanos con este cuerpo y esta forma y dice Sai Baba que es una pena, porque en realidad somos Dios. ¿Cuál es la esencia del mensaje de Sai Baba? Ustedes pueden ir a la India y preguntarle que si Él es Dios. Él con total claridad y firmeza les va a decir que sí, Yo soy Dios, pero además, va a agregar, tú también eres Dios, la única diferencia es que Yo sé que soy Dios y tú no lo sabes. Esta es la única diferencia que hay entre Sai Baba y nosotros. Él es y tiene el poder de Dios. Nosotros somos y como no sabemos no podemos manifestar ese poder. Ésta es en realidad, ésta es la gran enfermedad que tenemos que curarnos.
Sai Baba nos cuenta una anécdota. Dice que por ejemplo... y la voy a accionar un poquito. Supongamos que nosotros somos el presidente de la nación más rica y más poderosa de la tierra, Estados Unidos; hagamos de cuenta que somos Clinton, y en verdad, me gusta más Clinton que Bush (aplausos)... y decidimos ir a un bosque y le decimos a nuestra guardia que se queden atrás porque queremos caminar solos y tranquilos. Nos vamos a caminar y nos tropezamos con una piedra, nos caemos y nos golpeamos la cabeza. Nos levantamos con una amnesia total, no tenemos la menor idea de dónde estamos ni quiénes somos. Entonces empezamos a caminar, realmente amnésicos, soy Bill Clinton pero no tengo la menor idea de quién soy y pasa el tiempo, tengo hambre, quiero encontrar a alguien que me dé de comer, tengo frío y quiero abrigarme, se hace de noche y quiero una casa donde dormir para tratar de sobrevivir. Nosotros podemos ayudar a esa persona dándole comida, dándole un abrigo, dándole un hospedaje, pero la mejor ayuda que podemos hacer es hacerle recordar que él era Bill Clinton, que era el jefe de la nación más poderosa y que no tenía que preocuparse tanto por buscar comida ni ropa para abrigarse. Esto es lo que nos pasa a todos y a cada uno de nosotros. Todos y cada uno de nosotros somos mucho más que Bill Clinton. Cada uno de nosotros, y según Sai Baba, y según todos los maestros espirituales, somos Dios. Él dice que todo lo que existe es Dios y no hay nada más que Dios. Se los voy a repetir porque sé que no lo están entendiendo del todo.
Les voy a hacer una pregunta, por favor, levanten la mano las personas que creen en la existencia del diablo. Sinceramente, levanten la mano, no tengan vergüenza. No veo muchas pero unas cuantas manos se levantaron. Bueno, los que levantaron la mano, es porque todavía no me entendieron. Les voy a decir de nuevo. Si solamente existe Dios ¿quién es el diablo?
Por favor, quédense absolutamente tranquilos, sólo existe Dios.
Una vez, un amigo, a los inicios de la Organización Sai en Argentina, estaba en otra organización espiritual y una noche tuvo un sueño. En realidad no tuvo un sueño, se puso a meditar y en medio de la meditación se le apareció Lucifer y casi se muere de un ataque al corazón, pero se acordó de la enseñanza de Sai Baba y se dijo: ¿pero cómo es esto, si solamente existe Dios? y pensó: Lucifer, es luz y es fuerza, luego pensó en Dios y ese ser se transformó en un ángel de luz y desapareció. Miren, cuando ustedes piensan en el mal -el mal existe en un nivel de la ignorancia, existen entidades diabólicas, pero todo sucede en una película-. Hagamos de cuenta que estamos viendo una película que se proyecta en esta pantalla y en ella vemos que aparecen buenos y malos y ustedes se ponen del lado de los buenos y odian a los malos. Pero en realidad, era nada más que una película. Todo, absolutamente todo el tiempo, la luz era la que se proyectaba y esa luz aparecía como los buenos y los malos. Este mundo, donde aparecen tantas personas como buenos y malos, es solamente una película, dice Sai Baba y también todos los grandes maestros. La realidad es que hay una sola persona mirando y proyectando la película, y que es Dios, que jugó a creerse que era uno de los personajes de la película y en este juego, ese personaje, el objetivo era que todos los personajes despertaran y dijeran un día "Ah, yo era Dios". Ese es el juego y el objetivo de la vida.
Todos nosotros, y si nos olvidamos un ratito de lo que les digo, vamos a pensar de otra manera. Ustedes están acá vivos. Yo les voy a dar una muy mala noticia. Les pido perdón. Si todos me perdonan, de corazón se los voy a decir. Lo único bueno que tengo para decirles a pesar de la mala noticia, es que va a ser muy importante y positiva para ustedes. ¿Me perdonan? Miren, la mala noticia que tengo es que todos ustedes se van a morir (risas). No se preocupen, yo también me voy a morir. El que da la mala noticia, tiene el mismo drama que ustedes. Sí, se van a morir. Todos ustedes se van a morir el día que fue escrito aún antes de que nacieran, de que se iban a morir.
Hace unos 25 años conocí a una chica de 12 años. Yo estaba en esa época trabajando como terapeuta y me vino a ver una señora con su hija de 12 años porque estaba muy preocupada por lo que le pasaba a esta nena. Creía que la nena tenía problemas psicóticos; le hago una entrevista y descubro que la nena en lugar de ser una psicótica, era un ser muy, muy evolucionado. La nena nos miraba, miraba a una persona y decía el estado de salud de la persona, decía cuándo se iba a morir, decía aspectos muy íntimos de esa persona. También por ejemplo, ella se podía ir a otro rincón de este salón, de este teatro, y yo cambiaba la hora de mi reloj y ella desde lejos podía decir qué hora yo estaba poniendo. Un día le mostré la foto de un paciente que sufría de los riñones y ella miró la foto y dijo, ¡Uy, cómo tiene los riñones esta persona! Esta nena de 12 años tenía esos poderes. Un día cuando dejé de tratarla como una paciente iba los domingos a visitarlos, empecé a explicarle a la madre el desarrollo espiritual de esta nena, empecé a decirle teóricamente lo que esa nena era y comencé una relación de familiaridad con ellos y los domingos en la tarde iba a tomar el té. Durante varios años fui.
Un día esta nena dijo que Jesús se le había presentado y que iba a visitarnos un martes a las 8 de la noche. Por supuesto, ese martes nos reunimos y a 8 menos unos minutos, sentí una vibración impresionante y la nena dijo, Jesús está aquí. La dirigió a ella una especie de misa y después esta nena se puso a escribir algo en un papel. Yo me llevé el papel. Estaba escrito en una lengua absolutamente desconocida y lo llevé a un traductor de lenguas antiguas. Este traductor solamente pudo descifrar lo que estaba escrito cuando puso el papel frente a un espejo. La nena de 12 años había escrito -no sé si era en arameo o en hebreo antiguo- una frase en escritura-espejo. ¿Ustedes saben lo que significa escribir en escritura-espejo y para colmo en arameo o en hebreo antiguo? La frase decía algo que Jesús escribió utilizando la mano de esta nena y que yo voy a recordar siempre y que les pido que ustedes también se acuerden. La frase era "no estáis haciendo lo suficiente".
Queridos hermanos y hermanas, de todo corazón les digo. No estáis haciendo lo suficiente. No estamos haciendo lo suficiente. Y ustedes me pueden decir que sí y yo les voy a decir que no. Porque lo suficiente va a ser el día que despierten y se vuelvan Dios de nuevo. Hasta ese momento no estáis haciendo lo suficiente. Es como una persona que va a un gimnasio y quiere desarrollar mayor físico, agarra una pesa de 2 kilos la primera vez, hace ejercicio. Al principio le cuesta, pero después de un tiempo, ya no le cuesta más, porque dice que es fácil. Esa persona ahora tiene que agarrar una pesa de 4 kilos. Al principio le va a costar. Después le va a dejar de costar. Hay que agarrar una pesa más grande y seguir porque quiere desarrollar su físico. En el camino espiritual hay que seguir agregando hasta despertar.
Todos nosotros, como les dije, vamos a morir. Les puedo asegurar algo. En el momento de morir, ninguno de ustedes se va a preocupar por la cuenta bancaria, ninguno de ustedes se va a preocupar por la fama que tuvieron, a ver si aparecieron en periódicos, si fueron famosos, no les va a importar nada. Lo único que les va a importar es qué siente la conciencia de ustedes. La conciencia tranquila va a ser el Paraíso. La conciencia arrepentida va a ser el infierno. Todos nosotros nacemos llorando. Tenemos que morir con una sonrisa en los labios y en el corazón. Tenemos que morir sintiendo que esta vida valió la pena y que sirvió para acercarnos más a la Madre de Teresa de Calcuta. Si sentimos eso, habremos haber pasado de grado. Si no lo sentimos vamos a arrepentirnos muchísimo, muchísimo.
Cada uno de ustedes está trabajando con mayor o menor intensidad para sentir el último día la gratificación de la conciencia. ¿Cómo podemos alcanzar eso? La vida es una lucha de placer y de dolor. Uno dice, cuántos problemas tengo en la vida. Levante la mano quién no tiene problemas. ¿Alguien levantó la mano? Si hay uno que no tiene problemas que venga acá que me voy a postrar a sus pies. Todos los seres humanos tenemos problemas. Les puedo asegurar que Bill Gates también tiene problemas. Todos los seres humanos, no importa la plata que tengan, no importa el reconocimiento que tengan, no importa que sean el presidente de los Estados Unidos o de Venezuela o del país que quieran, todos tienen problemas, porque está diseñado así este plano. Las piedras están en el río para darle velocidad al agua. La verdadera lucha es luchar contra los enemigos internos, contra los sentimientos de separatividad, contra la ira, la lujuria, la codicia, contra el egoísmo. Estos son los verdaderos enemigos que tenemos, no los que están afuera. Los que están afuera son una excusa que Dios nos pone para ver si realmente estamos evolucionados.
Sai Baba no quiere que nadie se vaya a un ashram y se vuelvan ascetas. Quiere que vivan en el mundo pero que no sean del mundo.
Él dice que el dinero no tiene nada de malo, todo depende de cómo se consigue y para qué se usa. Quiere que tengamos los pies bien firmes en la tierra pero todo el tiempo la cabeza muy alta en el cielo. Esta es la clase de seres humanos que tenemos que ser. Tenemos que tener la cabeza en el cielo y que significa acordarnos de Dios. ¿Saben cuál es el problema del mundo? La gente tiene invertido algo muy importante. La gente le teme a Dios y ama el pecado. ¿Se dan cuenta de esto? La gente tiene un temor a Dios tremendo y todo lo pecaminoso le encanta.
La realidad debería ser al revés. Habría que temer al pecado y amar a Dios. El día que nos demos cuenta que Dios existe, -y en un ratito voy a dejar de aburrirlos y contarles alguna experiencia cómo Sai Baba me convenció de que Dios existe- ese día vamos a tener mucho, mucho temor al pecado.
¿Saben lo que es pecado para Sai Baba? Pecado es toda acción, todo pensamiento, toda palabra que retrase la conciencia de Dios en el mundo o el predominio de la bondad. Toda acción, palabra o pensamiento que genere una energía que retrase el avance del bien en el mundo, es un pecado. Toda acción que pueda dañar al prójimo es un pecado.
¿Qué es mérito? Toda acción que promueva la conciencia de Dios en el mundo. Toda acción que promueva el bien en el mundo.
Desde la perspectiva de los grandes maestros espirituales, desde la perspectiva que yo les dije antes, de que todo es Dios y que nosotros sufrimos porque no nos dimos cuenta de que estamos acá vivos, viviendo esta película de dolor y placer, y entonces, de qué se trataba, les dije antes, de tener más plata, de tener más ropa, mejores casas, y no de acordarnos que éramos Dios, y que era lo importante, que éramos Bill Clinton, tenemos que acordarnos que somos Dios. Toda acción que nos ayude a nosotros o al prójimo, acordarse que es Dios, avanzar en esa dirección es una verdadera acción meritoria.
Ustedes pueden decidir qué hacer de una manera muy simple. Esta acción ¿va a dañar a alguien? ¿Va a hacerle mal al predominio de bien en el mundo? Esta acción ¿la podría hacer si Jesús estuviera delante de mí mirándome, si Sai Baba estuviera delante de mí mirándome, si Dios estuviera mirándome? Si la pueden hacer, háganla tranquilamente, si no la pueden hacer, mejor no la hagan porque si la hacen, hay una ley que se cumple.
Sai Baba dice que Él a los 14 años profetizó el curso de toda la historia de su vida y del futuro de la humanidad. Incluso un día materializó un plato muy grande donde estaban escritos los grandes acontecimientos de su vida y de lo que iba a pasar en el mundo.
Él anunció que vivirá hasta los 96 años; 8 años después va a volver a encarnar; dijo dónde va a encarnar. Hace poco tiempo estaba muy contento y le preguntaron por qué y dijo que acababa de nacer su padre en su futura vida o reencarnación y Él dijo que la humanidad no solamente no se va a destruir, no va a haber ningún holocausto nuclear, sino que va a avanzar hacia la luz. Van a predominar los valores humanos en el mundo y ya no va a haber que cerrar con llave las puertas de nuestras casas, y va a venir lo que podemos imaginarnos como la edad dorada, la edad de la luz en la tierra. Aunque hoy nos parezca inconcebible, eso es lo que va a ocurrir y va a ocurrir antes de lo que ustedes piensan. Inclusive, les voy a decir, aquí en Venezuela van a estar muy bien antes de lo que ustedes piensan (aplausos).
Lo importante que quiero transmitirles es cómo pueden ustedes ayudar a que eso ocurra lo antes posible. Todos ustedes, todos nosotros tenemos una suerte enorme. Nosotros vamos a ser testigos, y no solamente testigos, vamos a ser instrumentos y partícipes del cambio más maravilloso que va a ocurrir en la historia de la humanidad. Esto va a ocurrir no por un cambio de un sistema político, ni social, ni cultural, ni económico. Lo que va a suceder es que cada vez más y más personas se van a interesar por lo espiritual. Más y más personas van a empezar a practicar ciertas disciplinas espirituales, más y más personas van pensar en querer cambiar. Y va a llegar un momento en que habrá una masa crítica en el planeta tierra tan grande, se alcanzará una masa crítica que va a cambiar energéticamente la vibración en la tierra y en ese momento algo distinto va a pasar. Los malos van a perder la energía que los lleva a ser tan malos. Va a ir decreciendo el interés en ellos, va a ir desinflándose ese afán de conquistar y de tener. Va a generarse una onda de luz. Cada uno de ustedes tiene que entender que puede hacer mucho por este cambio.
Esta nena de 12 años que yo conocí, le preguntaba cómo veía esto. Me decía que veía el plano espiritual donde todo ya había sucedido. Por eso cuando hablaba de la enfermedad de la gente, decía "tu cuerpo físico puede estar hoy sano, pero en el cuerpo espiritual veo la enfermedad". A otra persona enferma le veía la salud y le decía que no se preocupara porque se iba a curar. Todo sucede primero en el plano espiritual, después sucede en el plano físico.
Lo que hoy vemos en el mundo, el terrorismo, las guerras, la desunión, el conflicto, en el plano espiritual ya terminó. Sai Baba reveló que el bien ya triunfó en el plano espiritual (aplausos), y que muy pronto vamos a ver este bien manifestarse aquí en este lugar. Les voy a hacer una profecía y si no se cumple me lo reclaman, pero no me preocupa porque sé que se va a cumplir y por eso se los digo y no aplaudan ahora porque tengo mucho que decirles, pero para que no crean que estoy hablando en el aire, van a ver ustedes aquí en Venezuela que en 2 ó 3 años van a estar con una sonrisa muy grande. Lo primero que les pido a todos ustedes que hagan y que hagan realmente, quiten la energía del pensamiento en el conflicto, olvídense del conflicto y ayuden a los demás a que dejen de pensar en este conflicto. En este conflicto no va a haber vencedores ni triunfadores, no va a ver gente que gane ni gente que pierda. No va a ganar ni Chávez ni los opositores, van a ganar todos (aplausos), porque en muy poco tiempo Venezuela va a estar muy bien y todo el mundo va a estar muy bien. Cada país va a ir avanzando hacia una etapa de mayor bondad y mayor luz.
Sai Baba da una recomendación. Cuando ustedes hablan del amor, todos los escritos, en todos los libros se habla del amor. ¿No es cierto? Siempre se dice que Dios es el amor. Baba dice que amor es Dios. ¿Cómo desarrollar el amor? Es la pregunta más importante. Sai Baba da un remedio, una fórmula para desarrollar el amor. Si ustedes me prometen algo, yo se las voy a revelar. El que no me lo prometa, le pido que se tape los oídos. Lo que les pido a cambio de revelarles la fórmula es que se la cuenten a 10 personas por día. En realidad, traten de contársela a mucha gente ¿me lo prometen? Es muy simple, pero es muy efectiva. Él dice, cada vez, nosotros tenemos que aplicar tres cosas simultáneamente: dejar de prestarle atención a las faltas del otro, considerar las faltas del prójimo por enormes que sean como insignificantes. Esto es lo más difícil de todo. Dice Él, consideren sus propias faltas insignificantes, como enormes y traten de cambiar. Esto también es difícil, porque uno trata de pasar por alto y esconder debajo de la alfombra las faltas de uno. Cuando uno encuentra a Sai Baba le pasa algo muy especial. Aparece como un lente de aumento y uno ve sus propias falencias. Hagan esto, miren sus falencias y vuélvanse humildes. Y Sai Baba dice que el tercer punto es el siguiente, recuerden siempre la Omnipresencia de Dios. Lo que les dije antes, imagínense que está Jesús, que está Sai Baba mirándoles. Cuando uno hace estas tres cosas, día a día desarrolla más amor en el corazón. Prueben y en un año me cuentan qué pasó.
Sai Baba dice que el verdadero camino espiritual, y que mucha gente dice qué es el camino espiritual, es muy difícil, cómo lo puedo hacer, y uno habla de meditar. Los Centros Sai son reuniones de personas que escucharon el mensaje de Sai Baba, que recibieron ese "toque", de que por algo se les apareció Sai Baba y se reúnen para aprender más sobre su mensaje y para poner en acción ese mensaje. Una hormiga no puede hacer nada, un ejército de hormigas mueve una montaña, para hacer servicio, para poner el amor en acción, en servicio. Esto es la Organización Sai. En ella hay actividades que se llevan a cabo, como les dije antes, se enseña a meditar, se enseña a cantar o a repetir el Nombre de Dios, se practica la educación en valores humanos para los chicos, se hacen círculos de estudio para comprender la verdad de todas las Escrituras, para ensanchar la conciencia.
Hay muchas formas de aplicar las enseñanzas de Sai Baba, pero Él dice que si no pueden hacer eso, da una sola recomendación y les voy a dar ese segundo mensaje de Sai Baba y les pido que por favor, lo apliquen, intenten aplicarlo. Sai Baba dice que la disciplina espiritual más importante de todas es no pensar mal de nadie, no hablar mal de nadie, y no sentir mal de nadie. Si logramos vivir de esta manera, todos ustedes cuando dejen su cuerpo van a ser santos, más que la Madre Teresa de Calcuta. Es muy difícil pero lo pueden hacer, inténtenlo, obsérvense y cada vez que vayan a pensar algo mal de alguien, piensen en otra cosa. El pensamiento es una fuerza poderosísima, aunque no se den cuenta; el pensamiento es una energía que tiene luz, que tiene forma, que tiene poder. Si yo pienso mal de alguien lo voy a dañar aunque sea en su plano sutil y va a terminar siendo en su plano físico. Si pienso bien, lo voy a ayudar, lo voy a curar, lo voy a hacer avanzar. Sai Baba dice que si no pueden hacer el bien, por lo menos no hagan el mal. Y además, esto se los digo por autoprotección.
Escúchenme bien por favor, se los digo porque son mis hermanos y mis hermanas, queridos hermanos y hermanas, por favor escúchenme bien, no se hagan daño. Cada vez que piensen mal de alguien, se están generando un karma negativo que van a tener que pagar, no hay escapatoria para el karma, puede ser pronto o más adelante, en esta vida o en otra, pero todo vuelve. Esta es una de las leyes que Sai Baba dice que la humanidad va a conocer. Sai Baba dice que la humanidad, en su gran conjunto, va a creer en dos cosas que son realidad, la ley del karma y la ley de la reencarnación. Los seres humanos van a saber que de verdad existe la reencarnación, que todo continúa, que el alma es inmortal y continúa hasta que despierte y se diga, ah, era Dios! y que lo que se siembra, lo cosecha.
Cuando uno comprenda esto, va a cuidarse mucho más porque ¿quién va a escupir al cielo y quedarse parado para mojarse la cara? Pensar mal de otra persona es mucho más grave porque es haber hecho una acción muy negativa para otra persona y eso vuelve. Entonces, por favor, no sé si lo entendieron. Si quieren, puedo tratar de hablar en otro idioma que no sea argentino. Voy a hablar en el hermoso castellano mucho más lindo que el mío, pero por favor, entiéndanme, si de aquí salen y no les importa nada, por favor, aunque sea llévense una sola cosa. Llévense este mensaje, traten de cuidarse, no piensen mal de nadie y no hablen mal de nadie. Por lo menos, no hablen mal de nadie. Saquen la mente y piensen en otra cosa. Traten de cambiar esa afinidad, ese gusto terrible que los seres humanos tienen y es el "chusmerío", eso es lo más dañino de todo para uno mismo. Dejen eso. El haber asistido a esta reunión fue lo mejor que les pudo pasar (aplausos).
A Sai Baba se le conoce mundialmente como el Hombre de los Milagros. Se le conoce por las materializaciones que hace y por las curaciones que hace. A mí siempre me piden que trate de no contar milagros, yo jamás hago caso, porque los milagros para mí son una hermosísima tarjeta de presentación pero más que eso, son una forma de captar nuestra atención. Yo soy Psicólogo. Era muy, muy escéptico, tenía que ver para creer y no solamente ver para creer, pero tenía que ver muchas veces para creer. Porque de repente Sai Baba nos dice que estiremos la mano y Él pone la palma de su mano arriba de la nuestra y aparece en nuestra palma una pelota de polenta. ¿Saben lo que es la polenta acá? De polenta caliente. Una chica argentina, un día en la mañana dijo, qué ganas tengo de comer algo que me dé Sai Baba. A la tarde Sai Baba llamó al grupo argentino a entrevista y de repente llamó a esta chica y le dijo, estira tu mano y Él le dijo, las dos manos. Sai Baba puso su mano a unos 30 centímetros por encima de las manos de ella y en las palmas de la chica apareció una pelota de polenta caliente y Sai Baba empezó a tomar un pedacito y lo puso en la boca de cada persona. En el grupo había 30 personas, les dio tres bocados a cada persona, es decir, 90 bocados y la pelota seguía intacta. Esta chica después contó que en un momento se preocupó porque pensó que no le iba a quedar nada y en ese momento vio la pelota que estaba intacta como si no hubiera sacado nada (risas y aplausos).
Yo tuve la gracia de poder ver más de 100 ó 150 materializaciones a centímetros de mi cara. Un día, realizaba ya mi cuarto viaje a la India, y para ese entonces había sentido la bondad y Divinidad de Sai Baba y el bien que traía para el mundo, así que me dedicaba a contarle a todo el mundo sobre Sai Baba. Como ya lo escucharon, la Organización Sai es sin fines de lucro, no se cobra nada por nada. En India, en el ashram, todo es casi gratuito. Una persona va y tiene una habitación y cuatro comidas por lo que acá serían como unos Bs.2.500 al día. Sai Baba prohíbe que se cobre por las actividades espirituales y tampoco viene a buscar adeptos para una nueva religión; quiere que todos se transformen en mejores personas y entonces esto fue lo que sentí y me preguntaba si hace 2000 años hubiera conocido a Jesús qué hubiera hecho. Hubiera querido ir a todos lados y decirles, hermanos, hermanas, miren quién está en Palestina, aprovechen esa presencia y ese mensaje. Es lo que hubiera hecho hace 2000 años por amor a mis hermanos y hermanas. ¿Ustedes no hubieran hecho lo mismo, no hubieran ido corriendo para que todos fueran a conocerlo? Yo sentía eso e iba a todos lados donde me invitaban, pero en mi cuarto viaje a la India, me entró una duda sobre Sai Baba, sentí que Él era bueno, que obviamente Él no quiere nada para sí, que vive una vida super-modesta. Swami vive en una habitación tan pequeña que no tiene ventanas, se la pasa el día en un pasillo sentado, casi no come, casi no duerme, atiende gente todo el día, se preocupa por actividades de servicio todo el tiempo, y uno dice, un ser humano tendría que tener alguna gratificación, de lo que nosotros llamamos gratificaciones mundanas de nuestros sentidos.
Les puedo garantizar que ninguno de nosotros aguantaría una semana la vida de Sai Baba. Entonces uno dice, es un ser que vive para el otro, pero me entró una duda cuando Él se refiere a la Divinidad, a ese nivel. Y me sentí muy mal y me dije, yo no puedo hablar más sobre Sai Baba, porque no puedo decirles a ustedes que Sai Baba, es esto o aquello si yo tengo un milímetro de duda, sería un hipócrita ¿no es cierto? Entonces me fui al cuarto y me sentí realmente como la mona ¡muy mal! Y de repente pensé: ¿quién me puso la devoción por Sai Baba? ¿quién me puso esta duda en la cabeza? Sai Baba, ¿quién me la va a resolver? Sai Baba. Y empecé a pensar y de pronto apareció en mi mente una idea brillante y me dije: ¡Ya sé, le voy a pedir que me materialice un reloj como prueba de Su divinidad! ¿Por qué le pedí un reloj? Por dos motivos. Uno, porque ya había tenido varias entrevistas y Él materializa muy seguido ceniza sagrada "vibhuti". Les voy a contar algo antes de olvidarme. Lo que más materializa Él constantemente es esta ceniza sagrada y que lo van a ver en la película que les vamos a pasar y que tiene tres poderes: de protección, de curación y de auspiciosidad. Los videntes ven que cuando esta ceniza la tiene una persona, se forma una especie de aura de luz que protege a la persona. Cuando una persona toma la ceniza, todas las energías negativas desaparecen y se llenan de luz. Protege en el ámbito físico, mental y espiritual. Trae auspiciosidad y tiene poderes de curación. Yo les voy a contar en un ratito una curación que me hizo a mí. Hay miles de experiencias de curación, puede curar en el momento de tomarla o después de varias tomas, o puede no curar. ¿Por qué? Porque a lo mejor el karma de esa persona es pasar por esa enfermedad para que progrese y no para que pague un karma, y entonces la ceniza en ese caso no cura, pero como la ceniza es inocua, nunca hace mal y como energético espiritual siempre limpia el aura, entonces es siempre buena de tener y de tomar. Así que todos los que estén interesados en tenerla, aunque sea como un talismán, pueden ir después a un Centro Sai donde se las pueden dar en forma gratuita.
Yo había visto muchas veces materializar vibhuti y otros objetos, pero nunca un reloj. Entonces dije, si me da un reloj, no va a ser algo casual. El verdadero motivo era que yo tenía un reloj muy lindo que había comprado en Estados Unidos y que era super chato, muy lindo en su forma, pero era de cuerda y siempre estaba o atrasado o adelantado, me volvía loco, pero como era tan lindo yo estaba apegado al reloj, miraba las relojerías y decía que eran lindos los de cuarzo, que andan perfectos, pero seguía sufriendo con el reloj que tenía porque estaba apegado. Y entonces pensé que si Sai Baba me daba un reloj no iba a tener ningún problema en usar el que me diera. Creo que esa misma noche tuve un sueño con Sai Baba. Él dice que cuando nos visita en el sueño, no es una producción onírica de nuestra mente, no es un sueño que nuestra mente crea, sino que es una verdadera visita astral de Sai Baba, así que deseo de todo corazón que muy pronto todos ustedes tengan a Sai Baba en un sueño. En el sueño, Él apareció y me contó todo lo que me pasaba con el reloj, que lo quería cambiar, que no lo cambiaba, todo lo que les acabo de contar y de repente me dijo: ¡Voy a resolver tu problema, tu reloj desapareció! Fue tan fuerte el impacto que me desperté en mitad de la noche, prendí la luz y busqué mi reloj que lo había dejado al lado de mi cama, porque para colmo, no era ni sumergible, yo me daba una ducha en la noche, así que me lo sacaba, lo busqué y no estaba. Me pegué un susto. Todavía me acuerdo cómo empezó a latir el corazón y pensé, Sai Baba me castigó, como lo desafié pidiéndole un reloj, me dio un castigo y me dijo: bueno, me llevo el tuyo. ¿Les cuento la historia completa?
El tener una entrevista con Sai Baba es muy difícil. A la mañana siguiente, voy a lo que se llama "darshan", que es cuando Sai Baba camina entre la gente, Él me miró y me llamó a una entrevista. En la entrevista, entre un grupo de gente, me mira, mueve su mano en forma circular, que es cuando Él materializa algo, materializa un reloj y me lo da, pero cuando la mano de Sai Baba llegó a la altura de mi cara, siguió su curso y se lo dio a un joven estudiante que estaba detrás de mí. Ese día aprendí que tengo un corazón muy fuerte porque no me morí. ¡Miren cómo juega!
Veinte días después, el día que me iba del ashram, Sai Baba pasa al lado mío en el darshan, me mira y me pregunta: -"¿a qué hora te vas?" Solamente para mostrarme que yo me iba, y jugar una vez más con la hora. Yo le respondí, -"después de darshan, Swami". Y me invita a una entrevista. En la entrevista, de repente me mira, Él se sienta en un sillón, todos nos sentamos al rededor de Él, unas 30 ó 40 personas, me mira, me corre la manga de la camisa y me pregunta: -"¿qué hora tienes?" Y cuando yo voy a decir, no, no, Él me para y puso la misma cara que en el sueño, la misma expresión y con las mismas palabras, el mismo tono de voz me dijo:-"tu reloj desapareció".
Me quedé con la boca abierta porque fue la misma imagen del sueño. Él siguió hablando, y al ratito me preguntó: -"¿cómo está tu mente de mono loco?" Y cuando me dijo eso, en ese segundo tuve lo que en Psicología se llama un "insight", me di cuenta qué me pasaba. El mono no se queda quieto nunca, imagínense un mono loco. Mi mente estaba en las alturas de la fe, saltaba al abismo de la duda. Fe-duda. Y me di cuenta en ese momento y le respondí: ¡muy mal Swami! pero se lo dije de corazón, sintiéndolo, entonces Él me miró y me dijo: -"tan mal no estás". Puso la palma de la mano delante de mi cara y apareció en la mano un reloj, y antes de que cayera lo agarró con su mano. ¡La prueba que yo necesitaba! Me lo puso en la muñeca, me dijo todo lo que el reloj representaba para mí, miró el reloj que había en la pared y dijo, 8:12, mostró el reloj que tenía la misma hora y me dijo, ves, todo lo que hago es perfecto. Luego me dijo, le voy a dar un poder muy especial a tu reloj, cada vez que tengas un mal pensamiento se va a parar. También me dijo que no mostrara el reloj. Cuando Baba materializa algo, el objeto que materializa refulge de luz y yo tenía el reloj tapado para que nadie lo viera, tal como me había dicho que no lo mostrara pero al rato corrí la mano, lo miré, y cuando lo miré estaba parado. Pegué un grito y le dije ¡Swami, se paró!. Él me quedó mirando, porque imagínense, Él estaba hablando, y yo estaba gritando. Entonces Él me dijo, yo sé que se paró porque pensaste esto, esto y esto. Me dijo todo lo que había pensado.
Bueno, ese reloj lo tuve 9 años y estuvo vivo porque realmente el número de Sai Baba es el número 23. Él nació un 23 de noviembre y a muchos seguidores de Sai Baba, como a mí nos pasan muchas cosas con ese número 23. Y por ejemplo, como el día de hoy que es 17 pero a mí me pasaba algo y entonces la fecha del reloj saltaba al 23, como para mostrarme que Él estaba siempre ahí. ¿Quieren que les cuente la historia completa? Sí, sí, sí. No sé cuánto tiempo tenemos. Ya son las 8:23. ¡Miren qué casualidad, las 8:23! Después les voy a contar una historia con el número 23, por ahora les voy a terminar de contar la historia del reloj.
Nueve años más tarde, en una entrevista Sai Baba me miró serio y me dijo, te voy a remover, te voy a remover, te voy a remover, muy serio. No sabía qué significaba pero cuando Sai Baba lo dice, hay que estar preocupados, por lo menos. Volví a Buenos Aires y en el curso de 5 días tuve tres tremendos accidentes y en cualquiera de los tres me hubiera podido morir, por lo menos en dos de ellos pude haber muerto. Los tres fueron tremendos pero con una protección Divina enorme. En uno tuve un asalto por una banda peligrosísima que después fue muy famosa por matar a un periodista en Argentina. Justo ese día estaba en una playa con toda la familia y allí fue cuando ellos vinieron y me robaron el reloj. Imagínense, me robaron el reloj de Sai Baba, pero gracias a Su protección a nosotros no nos pasó nada. Y tuve dos asaltos más que si les cuento, cada uno fue un milagro en sí, pero voy al asunto del reloj para no hacer esto tan largo. Si yo les cuento todas las experiencias que tuve con Sai Baba, ustedes van a tener que dormir acá esta noche. Se llevaron el reloj de Sai Baba. En otro viaje a India le dije a Sai Baba que me lo devolviera y Él me dijo que lo sabía pero que primero cumpliera con mi deber y que después me lo iba a dar. Cumplir con el deber ante los ojos de Sai Baba no es fácil, así que decidí mientras tanto comprarme otro reloj, muy lindo, muy bueno y un tiempo después, un par de años después, de eso no hace mucho, un poco después de volver de India, fui a una reunión de trabajo a ver a un empresario en Argentina y a las 5 de la tarde que salía de su oficina e iba en dirección al estacionamiento donde había dejado mi auto, antes de entrar en pleno día, a las 5 de la tarde, alguien me tomó fuertemente por detrás, muy firme la mano. Sin embargo, pensé en un segundo, como en un flash, que se trataba de un amigo que me hacía una broma. Miren cómo la mente piensa tan rápido. Pensé en ese momento que era la policía que me estaba arrestando confundiéndome con alguien y luego de pensar esto me volví y vi a un joven de apenas unos 14 ó 15 años que me estaba robando, porque con una mano me inmovilizó el brazo y con la otra me arrancó el reloj. Si quieren aprender a robar relojes, después de la charla les doy una clase a todos. ¡No, no, mejor no les doy clase porque genero un mal karma, así que no vengan! (risas). Con un golpe seco me arrancó el reloj. Cuando me di cuenta empecé a seguirlo pero le esperaba en la esquina otro muchacho montado en una moto, saltó rápidamente a la motocicleta y desaparecieron. Yo me quedé frío, había un montón de gente en la calle, nadie hizo nada y pensé que tenía un karma con los relojes. Primero, me habían robado el de Sai Baba y ahora, este otro, pero ¿qué iba a hacer? Me fui al estacionamiento, busqué el auto y me fui a mi casa. Yo vivo en las afueras de la ciudad. Pensé que no tenía sentido hacer una denuncia. Era un reloj importante, de todas maneras pensé que no importaba y me fui. Eso fue como a las 5 de la tarde.
Al siguiente día era jueves. Cada mañana antes de salir medito y estaba ya terminando cuando de repente me acordé de toda esta historia del robo y pensé en Sai Baba. No sé por qué pensé: "Swami, eres Omnipotente, si quieres me lo puedes devolver". Apenas pensé esto dije: "¡Qué tonto, mejor le pido cosas más importantes, debo desapegarme del reloj, ya basta!" Cinco minutos después terminé la meditación y el reloj que me robaron estaba materializado en mi casa. El mismo reloj, el mismo número de serie, con la correa rota como me lo había arrancado el ladrón. ¡Este es el juguetón de Sai Baba! (aplausos).
A Sai Baba se le conoce por sus curaciones. Yo he presenciado muchísimas curaciones. He estado con una persona que tenía un cáncer. Lo habían operado en un instituto de Houston, uno de los principales hospitales de Oncología de Texas, Estados Unidos. No lo pudieron curar. Fue toda una historia. ¿Se las cuento completa? Sí, sí, sí.
Primero les cuento esta historia. En el primer viaje a India, al dejar Buenos Aires, estuve como tres meses afuera. Al regreso, cuando iba saliendo del ashram, me puso a pensar -era marzo de 1982- ¡qué ganas tengo de volver en septiembre! Entonces pensé en Sai Baba y le dije: Swami, tráeme en septiembre de regreso. No tenía dinero para volver en septiembre. Me lo había gastado en ese viaje pero se lo pedí con todo el corazón. Mírenme, háganme acordarles algo muy importante, les voy a contar, cómo hay que pedirle a Dios. ¿De acuerdo? Los aburridos no se vayan porque esto les va a ayudar mucho en su vida.
Estaba en el primer viaje y le estaba pidiendo volver en septiembre. Yo tenía tal convicción que saludé a la gente que estaba allí y les dije que no me extrañaran porque en septiembre volvería. Regresé a Argentina, materialmente era imposible volver de nuevo a India, no tenía ni un peso. Pero se lo había pedido a Sai Baba y comencé a trabajar de nuevo. A fines de julio me llegó una oferta de trabajo, de hacer una obra de teatro en Ecuador y me pagaban el pasaje de ida y regreso, estadía de 30 días más los honorarios por ese viaje. Así que me fui a Ecuador, permanecí los 30 días y al día siguiente vencía el boleto aéreo y tenía mi regreso a Argentina, pero no sé por qué se me ocurrió que tenía que hablar de Sai Baba en Ecuador, en donde nadie lo conocía. Me dije, bueno, tengo que hacer el intento de hablar sobre Sai Baba acá, pero ¿cómo hago? Mañana vence mi boleto, sale el vuelo mañana ¿qué hago? Me fui a las oficinas de Aerolíneas argentinas para pedirles que como tenía dos viajes de regreso a Buenos Aires desde Ecuador quería que en lugar de volver al día siguiente, me dejaran regresar en el otro vuelo, cuatro o cinco días después. La empleada decía que el pasaje vencía al día siguiente y yo le respondía que tenía que quedarme. Estuvimos discutiendo acaloradamente como 30 ó 40 minutos y en un momento le dije, señorita, yo me voy a quedar, así que usted me dice cómo. La empleada me dijo que abriera el boleto para la tarifa de un año y que pagara 100 dólares y que me quedara lo que quisiera. Yo le dije, ¿y por qué no me lo dijo antes? Pagué los 100 dólares y salí de las oficinas de Aerolíneas y me pregunté: ¿y ahora qué hago? No podía ir a una plaza a hablar de Sai Baba; imagínense que estaba en Guayaquil y recién me di cuenta qué debía hacer. Entonces pensé que tenía un amigo que se había mudado a Quito, tenía el teléfono, lo llamé y le expliqué todo. Me dijo que me fuera para Quito y que entonces seríamos dos para intentarlo. Me fui a Quito, mi amigo le habló a un cura católico que dirigía una escuela de Yoga y éste me invitó a dar una charla en la asociación de Yoga que dirigía. El lunes tenía la sensación de hablar de Sai Baba. El martes era mi vuelo de regreso. El día viernes estaba dando una conferencia de Sai Baba en un salón lleno de gente y yo no lo podía creer. Cuando terminé, el cura me dijo que lo que había dicho era tan interesante que se podía escribir un artículo para incluirlo en una revista que publicaba en todo Ecuador y que si tenía una foto de Sai Baba, la iba a poner en la portada de la revista. Yo tocaba el cielo con las manos, imagínense, no solamente un salón lleno de gente que había escuchado, sino que un artículo iba a ser publicado en una revista que se distribuía en todo Ecuador.
Al día siguiente era sábado, este amigo argentino que vivía en Quito me invitó a un concierto. Al salir del concierto a media noche, se encontró con un industrial ecuatoriano a quien le estaba haciendo una campaña de publicidad y se pusieron a hablar en la puerta del teatro. Mientras ellos hablaban, yo me moría de frío. Quito es un lugar precioso pero en la noche hace mucho frío y más que morirme de frío, comencé a tiritar y este señor se dio cuenta y le dijo a mi amigo que dejáramos de hablar porque yo me iba a congelar. Nos invitó a almorzar a su casa al día siguiente. Le dije a mi amigo que yo no iba a ir a un almuerzo de trabajo, pero él me dijo que lo iba a hacer quedar mal, así que me fui con él.
Ahora vamos a ver, ¿de qué se imaginan que hablé en el almuerzo? Bueno, creo que estamos todos de acuerdo ¿no? A los diez minutos de hablar sobre Sai Baba, este señor que no estaba en ningún camino espiritual, más bien estaba metido en el mundo material, era ex-Embajador ecuatoriano, amante de la ópera, amante de todos los placeres sensoriales que se puedan imaginar, que tenía una cama de agua y que si ustedes le contaban de un placer de un masaje en algún lugar, él iría corriendo. De repente me dijo como a los diez minutos: Señor ¿a usted le molestaría ir conmigo a India? Yo tenía mi regreso el día martes para Buenos Aires. Y yo le dije rápidamente: ¡de ninguna manera! (aplausos).
Él me dijo, entonces mañana lunes nos encontramos en tal dirección, es una agencia de viajes, nos compramos dos pasajes y nos vamos para la India. Yo le dije: ¡con mucho gusto! De todas maneras pensé que era una broma. El lunes estaba en el hotel y en la mañana pensé que teníamos que encontrarnos a las 10 pero como a las 9 me dije: ¿Y si es una broma? Pensé, no importa, prefiero ir por si acaso. Yo estaba parado en la puerta del lugar, este hombre no venía y pensé que había caído como un "chorlito". Ya casi estaba para irme cuando él apareció, compró los dos pasajes y el 2 de septiembre ambos estábamos sentados en el ashramde Sai Baba.
Tuve una experiencia, fue la segunda vez que la tuve. Cuando Sai Baba apareció escuché dentro de mi cabeza la voz de Él que me decía, "querías estar acá en septiembre y acá estás".
Ahora vamos a ver por qué este señor fue a India. Yo me enteré en el viaje. Este señor era el que tenía cáncer. Lo habían operado en Houston hacía seis meses y estaba esperando morir. A pesar de todo el dinero que tenía, lo único que le quedaba era un poco tiempo de vida, cuando de pronto aparecí yo hablándole de un ser que podía curar cualquier enfermedad. Él dijo que entre morirse e intentarlo había decidido ir allá. Regresamos diez días después y este señor estaba totalmente curado. Fue a hospitales en Estados Unidos y Europa, en donde le preguntaron quién lo había operado. Hoy, veinte y pico años después, está cantando el Om. Cuando regresó a Ecuador publicó en una revista su experiencia y la distribuyó en todo el país; él se transformó y yo recibí la Gracia de estar en India y ser partícipe de esa curación (aplausos).
Curaciones he visto muchas. He estado al lado de paralíticos que Sai Baba los hizo entrar y que luego los sacó caminando. Un día vi a un joven de Holanda que tenía 20 años postrado, paralítico, Sai Baba lo sacó caminando de la entrevista. Al día siguiente, vi a este joven ejercitando sus piernas, en una habitación frente a la mía, para fortalecerlas pues éstas eran tan delgadas como dos palillos. He estado con personas ciegas que les devolvió la vista. He estado con personas que murieron y les devolvió la vida. Sai Baba resucitó a mucha gente. A un norteamericano lo sacó de la morgue del hospital de Bangalore a las 8 horas de haber muerto, delante de los médicos del hospital y le devolvió la vida. A un hindú, en el ashram de Sai Baba, si alguien muere, no se le crema sin Su permiso. Este hindú murió, pero algo muy raro sucedió. Sai Baba no dio el permiso para cremarlo. En la India suele hacer mucho calor por lo que al segundo día, la esposa del fallecido le pidió, ya que lo tenía en el cuarto donde vivía, un cuarto demasiado pequeño, que por favor, puesto que el cuerpo se estaba descomponiendo y en vista de que el hedor era muy desagradable, le diera el permiso para cremarlo, pero pasó el tercer día y nada. Al final de ese día, Sai Baba apareció en el cuarto donde yacía un cuerpo en avanzado proceso de descomposición al que le devolvió la vida.
Un día tuve una experiencia con el vibhuti famoso. Tuve un accidente en un dedo, se me había incrustado una grapa y muy rápidamente la uña se tornó totalmente negra, por lo que el dedo se me hinchó terriblemente. Ese día tenía que dar una charla en el Centro Sai pero primero proyectamos una película. Antes fui a un consultorio y la doctora me dijo que seguramente iba a perder la uña y que para reducir la infección tenía que tomar antibióticos. Compré la medicina, la guardé y pensé comenzarla cuando regresara a casa, luego de asistir al Centro Sai para tomarla después de la cena. Me fui al Centro Sai, y antes de proyectar la película, que duró una hora, tomé un poco de la ceniza y pensé en la energía de Sai Baba, para que circulara hacia mi dedo. Después de una hora, al comenzar a hablar, me miré el dedo, lo tenía totalmente curado, la uña la tenía perfecta, como si nunca hubiera pasado nada (aplausos).
Otro día yo tenía un pasaje para viajar a India. Tres días antes del viaje tuve un accidente. Tenía una doble fractura de tabique nasal. El doctor me dijo que no hacía falta cirugía porque el hueso estaba alineado pero que tenía 30 ó 40 días para que se soldara y me curara. Me dolía tanto que no podía mover la cara. La movía en cámara lenta, no me podía tocar la nariz. No tenía ningún signo externo, no se me hincharon los ojos, pero el dolor era terrible. Yo tenía el pasaje para irme a India y me pregunté dónde prefería sufrir, en Argentina o India y decidí irme para allá. En ese viaje descubrí que en alguna vida pasada fui muy malo porque en el avión me resfrié (risas). Ustedes no tienen idea de lo que es sonarse la nariz con una doble fractura de tabique nasal. ¿Se recuerdan los dibujos animados que cuando hay un golpe o algo así, se ven las estrellitas? Realmente estas estrellitas existen. Las vi, las sentí en colores. Lloraba cuando me sonaba la nariz, no aguantaba más pero tenía que sonármela. Realmente pensaba ¿qué habré hecho en otra vida? Sin embargo, así llegué al ashram. Creo que la primera mañana Sai Baba me llamó a una entrevista. Les repito, no se notaba que tenía una fractura, no se veía y yo no dije una palabra a nadie.
Estaba sentado en la sala de entrevista y Sai Baba estaba hablando y de pronto me miró y se sonrió. ¡Prepárense! Porque cuando Sai Baba se ríe, es porque algo va a pasar. Y en un segundo hizo un movimiento y me agarró la nariz. Fue tan rápido que no tuve tiempo ni de gritar ni de hacerme hacia atrás. Me atenazó la nariz, me la torció, lo hizo tan fuerte, tan rápido que pensé que me iba a arrancar la nariz de la cara. No puedo ni siquiera repetir la fuerza y la violencia con que lo hacía porque me zarandeaba fuerte y todo el mundo estaba pendiente de lo que me estaba haciendo (risas). No sé esto duró 15 ó 20 segundos pero para mí fueron 15 ó 20 siglos ¡una eternidad! Cuando retiró la mano tenía la nariz curada y el resfrío había desaparecido (aplausos).
Yo les podría contar miles de experiencias, miles de curaciones, créanme, todas son ciertas, son reales. ¿Cómo se le pide a Dios? Voy a terminar con ésta, que es muy importante. Esta experiencia tiene que ver con el viaje a Colombia. Yo tenía que ir, como en este viaje vine a Venezuela, en ese viaje tenía que ir a siete países para participar de conferencias públicas, como la de ahora y a reuniones de la Organización Sai. Como tenía que ir a siete países, mi primer destino era Bogotá, Colombia. Salí de Buenos Aires en la línea aérea American, en el tramo Buenos Aires-Miami para después hacer Miami-Bogotá. Cuando llegué a Miami eran las 5 de la mañana. El vuelo salía a las 4 de la tarde y decidí quedarme en el aeropuerto de Miami, que es muy, muy grande. Imagínense desde las 5 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Medité, desayuné, visité todos los negocios que se puedan imaginar, leí, dormí, hice de todo; no terminaba nunca. A las 2 de la tarde metí la mano en el bolso para tomar un sobre donde tenía, escuchen bien, el pasaporte, los pasajes, las tarjetas de crédito y 2.000 dólares en efectivo, porque era un viaje muy largo y después tenía que irme a una reunión de trabajo y tenía que llevar dinero y el sobre había desaparecido.
Si uno pierde los pasajes puede recuperarlos, pero yo perdí el pasaporte donde tenía las visas. El pasaporte no se lo dan a uno, solamente le dan un permiso para regresar a su país de origen. Perdí pasaporte, tarjetas, dinero, todo y no tenía dinero ni siquiera para pedir socorro, tenía que pedirle a alguien una moneda para llamar a la embajada. No podía creer lo que me pasaba. Mi primera reacción fue de incredulidad y me dije, no, esto no puede estar pasando, voy a meter la mano de nuevo y el sobre debe estar allí. Cuando me di cuenta que no estaba, me dio una desesperación, empecé como loco a correr de un lado a otro hacia todos los lugares por donde había pasado y nada. Luego me fui a "Objetos Perdidos", pero nada. Entonces pensé que a alguno le sonrió Dios. Imagínense que alguien encuentre un sobre con 2.000 dólares, con pasaporte, boletos, y no lo devuelve, qué felicidad, y en Miami donde despega un avión a cada momento.
De repente me acordé de Sai Baba, luego de mi locura frenética de correr de un lado a otro, me acordé de lo que Él dice, de cómo pedirle a Dios. Aquí va el tercer regalo, no es gratis que se los doy, porque el precio que van a pagar por esto es compartirlo.
¿Saben cómo hay que pedirle a Dios, para Sai Baba? Hay que pedirle de dos maneras. Con tanta intensidad hasta que no dé más y se resigne o hasta que el que no aguante más, sea Dios y conceda. ¿Está bien? Hay que pedir de esa manera, con intensidad, intensidad, para derretir el corazón de Dios. Si no lo derretimos, es porque Dios nos da lo mejor que nos tenía que pasar, aunque no nos lleguemos a dar cuenta. Pero nuestro deber y nuestra obligación es la intensidad. Yo le tenía que pedir a Dios con esa intensidad y me dije, no puedo pedirle sentado en cualquier sillón acá en el aeropuerto, porque me van a tildar de loco. Me fui al lugar más privado que encontré: el baño. Me encerré en un baño, me senté en el inodoro, cerré la puerta y le empecé a pedir con todo el corazón a Dios. No gritaba con mi voz pero mi corazón le decía: ¡Swami por favor!!! Swami!!! Con esa intensidad mental le pedía. No sé si fueron 30 ó 40 minutos, pero no di más, no di más y en ese momento pensé ¡Qué se haga Tu voluntad!
Salí del baño totalmente resignado, cerré la puerta del baño, la segunda puerta y al levantar la vista a cuatro metros míos estaba una mujer mirándome con el sobre mío en la mano. Me preguntó: -"Señor: ¿Esto es suyo?", ¿Entienden? Yo no sabía dónde lo había perdido, cómo ni cuando en ese inmenso aeropuerto de Miami, no sabía nada. Salí del baño y esta mujer sabía que yo estaba adentro, me esperó y le dije: -"¡Sí, sí! " Miré dentro del sobre por cabeza hueca, todo estaba en su lugar, levanté la vista para darle las gracias pero ya no estaba más (aplausos).
Sai Baba es una inmensa fuerza de amor que está en la tierra. Está atrayendo a millones de personas de todo el mundo, de todas las clases sociales, de todas las religiones. Las atrae como un imán. Ustedes hoy están aquí en este salón, porque Él los llamó. Créanme esto que les digo, porque nadie está acá por casualidad. Es un llamado de Sai Baba al alma de ustedes y que el alma de ustedes respondió. Esto no quiere decir que van a ser devotos de Sai Baba; quiere decir, que Sai Baba los va a cuidar, los va a proteger, los va a guiar, siempre, siempre, siempre.
Nosotros queremos invitarlos, no a que se unan a un Centro Sai, pueden hacerlo si quieren. Yo les quiero invitar a que se acuerden simplemente de esto. Que Sai Baba los llamó, que Sai Baba los está guiando, y cuando tengan necesidad, cuando realmente estén en problemas, acuérdense de Sai Baba y pídanle con la intensidad con la que acabo de decirles. ¡Pídanle de todo corazón! Ustedes van a tener, tarde o temprano, la experiencia directa con Sai. Más allá de las miles de experiencias personales que yo les pueda contar, o que cualquier otro devoto de Sai Baba les pueda contar, ustedes van a tener su propia experiencia directa. Ese día van a saber con el corazón, lo que yo ya sé.
Que Sai Baba es una fuerza Divina que está en la tierra y que quiere promover el bien en el mundo. Es una fuerza de luz que vino a encender el amor en el corazón de la gente y que está acá para ayudarnos a avanzar, a llegar a la meta. Este es el propósito de Sai Baba. Este es el único objetivo que tiene y esto es por lo que ustedes están acá (aplausos).
Sai Baba lleva a cabo obras de servicio magnánimas, hace hospitales, escuelas, universidades. Él dice que todos los seres humanos tienen derecho a la educación gratuita, a una salud gratuita, a los elementos esenciales de la vida, como por ejemplo, el agua potable. Practica lo que predica, tiene escuelas primarias, secundarias, universidades, absolutamente gratuitas en donde se enseña la educación secular, pero también se forma principalmente el carácter de los chicos, porque para Sai Baba, la verdadera educación, no es solamente la adquisición del conocimiento, sino la formación de un carácter noble y que es lo que realmente evoluciona a la persona. En estas escuelas gratuitas, los estudiantes obtienen los promedios más altos de la India, hospitales en donde se practican operaciones de corazón abierto, hospitales de superespecialidades donde se practican operaciones de alta complejidad y que cuestan miles de dólares pero que son totalmente gratuitas, tanto el internarse, como la operación, la atención médica, todo, absolutamente todo es gratuito.
La prioridad la tienen los pobres. Les ha dado agua potable a más de 2.000.000 de personas en la India, en pueblos donde los chicos nacían deformes por el agua contaminada por el arsénico. Este ejemplo se reproduce en otros países. Aquí en Venezuela, por ejemplo, se practican operaciones de cataratas completamente gratuitas para todos los pobres, hay escuelas Sai gratuitas, se hacen campamentos médicos para ayudar a los más necesitados. Nos unimos todos para -en la medida de nuestras posibilidades- pponer en práctica el amor que queremos sentir, el amor que Sai Baba está despertando en nuestros corazones. Todo esto es la Organización Sai. ¡Sai Baba es un ejemplo magnánimo de servicio y de amor!
Yo quiero ahora que vean la película de 16 minutos, porque en está sintetizada la obra que Él realiza. Les pido que por favor le presten atención, se concentren y disfruten de esta maravillosa obra de Sai Baba.
Que la vida de cada uno de ustedes se llene de felicidad. Que sientan la presencia de Dios siempre y que Dios los bendiga.
¡Jey Sai Ram!